Pequeño Hangleton era, sin lugar a dudas, una ciudad de 10.000 habitantes, donde había solamente casas. Tenia una escuela, llamada “María Teresa”, donde iban 500 chicos. Enfrente, cruzando una callecita, había una plaza, que se llamaba Sarmiento. A dos cuadras había un banco, a media cuadra había un quiosco, al frente un barcito y al lado una librería llamada Gonzáles. Esa librería era fantástica, no solo porque era la única, sino porque tenía todo tipo de cosas: libros, revistas, cuentos de aventura, humor y terror. Pero sobre todo esa librería le gustaba a un chico llamado Fernando Ramírez. Era un chico travieso y se sacaba malas notas, pero le gustaban los cuentos de terror. Hasta tenía una pandilla(él por supuesto, era el líder)que robaban en esa librería. Pero, el dueño no sabía que eran ellos. Un día, salió a la venta su cuento favorito de terror. Entonces propuso a sus amigos que lo roben. Pero a la salida del colegio vieron que habían puesto seguridad y se dieron cuenta que no tenían otro lado por donde entrar, y no les quedó otra opción que comprarlo. Eso lo hicieron al día siguiente. Pero al pagarle vieron un fantasma que se robaba todo. Primero culparon al chico y su pandilla, pero ellos aseguraron que eran inocentes. En ese momento entró la hermana de Fernando y dijo que no eran ellos. Al chico lo dejaron en libertad y sus padres decidieron ponerlos bajo custodia y la librería siguió trabajando y funcionando, aunque con mucha seguridad.
Astrid D. Arias. 7º C
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