Después de enviar una carta a su apoderado
Y discutir con el mayordomo llegaron al acuerdo del negocio
Arrellanado en su sillón favorito
De espalda a la puerta que lo hubiera molestado
Lastimada la cara por el chicotazo de una rama
Restañaba ella la sangre con sus besos qué el rechazaba
No habia venido para repetir la ceremonia
De una pasión por un mundo de hojas
El cuerpo del amante como queriendo retenerlo
Y disuadirlo dibujaban la figura de otro cuerpo
El doble repazo despiadado
Se interrumpia apenas para ser acariciado
Sin mirarse ya atados
En la puerta ya ser separados
En lo alto de las dos puertas nadie en la primer habitacion
Nadie en la segunda ni en la puerta del salón
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