Diario de un criminal

Jueves 25/2020:

Hoy se convocó una reunión de la pandilla para planificar “el gran robo”. Marcelo estaba muy emocionado con las ideas y los pagos del jefe. Además no paraba de repetir el dilema del jefe: “ robaremos por necesidad de robar”. El muy tonto lo repitió justo eso enfrente de la cana y tuve que decir que estaba borracho. Menos mal que los polis eran tontos porque cualquiera sabe que hoy en día para tomar cerveza, con la escasez de alimentos que hay, tendríamos que ser tan ricos como el jefe. La verdad tenía ganas de matarlo, a Marcelo de un tiro, pero quien seria capaz de pegarle a un adulto con el nivel intelectual de un niño, seguramente la mala alimentación le causó tan poco cerebro, creo.... También sabia perfectamente que tenia que conservar balas para “el gran robo”.
Cuando regresamos a nuestra casa de chapa estaba Cecilia sentada en una silla, dormida la pobre de esperarnos tanto. Marcelo le tocó el hombro y se despertó de golpe, ojalá nunca lo hubiera hecho, porque nos empezó cuestionar como el FBI en donde habíamos estado. Le tuvimos que contar todo y se enojó mucho, principalmente conmigo, ni idea porque, pero bueno, es así la Ceci, siempre cree que yo tengo la culpa de todo y no ella que me dejó solo con Marcelo.
Bueno, volviendo al tema de la reunión, la planificación del jefe era perfecta: mientras Marcelo distraía a los polis (seguramente con un lloriqueo infantil), Cecilia distraía a las cámaras (pienso que con un acto erótico) y yo con mi gran habilidad, robaría la máscara de binchikagua, el dinero, las armas y por ahí otras cosas que se me cruzaran en el camino. La máscara no se para que será, pero si el jefe la desea tanto, supongo que tendrá algún valor.

Viernes 26/2020:

Se acerca el día del “gran robo” . Marcelo, Cecilia y yo , seguimos teniendo mucha hambre igual que siempre, pero logramos distraernos practicando para el “gran robo”.
Practicamos para que cuando llegue el día logremos hacer tan bien nuestro trabajo que el jefe nos recompense con más exquisitos manjares.
Sobre el jefe hay dos cosas que todavía no entiendo; la primera si el jefe es rico ¿por qué quiere más dinero?; la segunda ¿por qué nunca muestra su rostro? ¿será muy fea su cara? ¿tendrá horribles cicatrices que quiera ocultar?....... aún no lo se, pero lo pienso averiguar.

Sábado 27/2020:

Todavía no es el día “del gran robo” y me temo que ya no hay modo de distraer el hambre. Desearía que ya fuese el día “del gran robo” ya que cualquiera sabe que la adrenalina de “vida o muerte” espanta el hambre.

Domingo 28/2020:

Mañana es el día de la misión y se me ocurrió hablar con el jefe sobre la comida. Cuando toqué el timbre de su portero de bronce, su voz ronca me preguntó: -¿quién es?
- yo respondí:- Julio vengo a hablar de negocios. Y con un ligero sonido eléctrico en la puerta me dejó pasar. Y yo pensando que en mi cuerpo tenía la dicha misma, me aventure a su gran mansión.
El jefe estaba en el baño y yo no podía esperar un minuto más, para empezar no había ruidos de necesidades y al abrir la puerta vi la gran verdad ¡¡¡el jefe no tenía rostro!!!. Comenzó a gritar y yo deseaba no haber visto semejante verdad: que en vez de rostro había vacío. El jefe procuro matarme y tras un manto de humo desapareció. Al final me quedaron otra vez dos dudas; la primera: ¿el jefe será un extraterrestre? ; la segunda: si ya el jefe no estaba ¿ por qué no agarré más comida?.

Lunes 29/2020:

Es obvio que se suspendió la misión y a nosotros tres nos volvió el hambre. Se acerca el invierno y aunque tenga frió y hambre dentro de mi, no podré evitar decir:-¡¡¡que bueno es estar vivo!!!.....


Leila Kovacs 7°d

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