Venganza y muerte, estaba la mujer recelosa,
de una pasión secreta que con la cara lastimada,
por el chicotazo de una rama.
Miraba para verla correr con su pelo suelto,
parapetándose en los árboles y las setas
Se interrumpía apenas,
para que una mano
acariciara una mejilla
Danzaba el aire del atardecer
dejándose ir las imágenes,
un mundo de ojos y senderos furtivos
Fue testigo del último encuentro,
el puñal se corría por las páginas
como un arroyo de serpientes
Y en un momento se decidió todo y para que
desde siempre
sintiera que todo el amor había acabado
el parque aquel, donde se dejaron
aquellos sentimientos no aparecieron
nada había sido olvidado
aquellas coartadas
aquellos azares
aquellos posibles errores
Nunca apareció aquel testigo
aquel, porque nunca se había marchado,
con todos esos recuerdos
aquellos dolores, alegrías y tal vez
alguna muerte
Autora: Sofía Saralegui 7mo C